Muere lentamente quien destruye su propio amor; quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos senderos; quien no cambia de rutina, no se arriesga a vestir un nuevo color o no conversa con quien desconoce.
Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones;
aquellas que rescatan el brillo de los ojos y de los corazones decaídos.
Muere lentamente quien no cambia la vida cuando está insatisfecho con su trabajo, o con su amor; quien no arriesga lo seguro por lo incierto para ir tras de un sueño; por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos ...
¡Vive hoy¡